¡Feliz Navidad! ¡Feliz Dignidad!
Ya se acercan esos entrañables días en los que nos juntamos con la familia y amigos, hacemos balance del año que termina, y sobre todo celebramos; y como nos estamos acostumbrando a oir, celebramos por encima de nuestras posibilidades. Tal vez tengan razón, todo lo hacemos por encima de nuestras posibilidades y como castigo, ahora nos roban por encima de nuestras posibilidades.
Y lo que más molesta es que lo hagan con total naturalidad y total impunidad, con el beneplácito de los distintos representantes políticos, mintiendo a cara descubierta, en las televisiones, en las plazas, ante los ciudadanos e incluso ante jueces.
Supongo que no había ningún problema, mientras había para robar y para todo lo demás. Todos mirábamos a otro lado, yo también, partícipes y consentidores de este sistema en el que cada uno en su medida, ha intentado llegar hasta el límite de lo legal o más allá. La mentira y el engaño se ha institucionalizado a todos los niveles, nos parece lo normal. Sin embargo ya no hay para todos, no por la crisis en sí, si no por que aquellos que la generaron persiguiendo un deseo inmoral de acumular dinero y riquezas, no están dispuestos a pagar los platos rotos. ¡No hay problema! ¡Aquí está el Estado para salvarlos!
¿Y para proteger a los ciudadanos? ¿Dónde quedó el estado de bienestar? Para eso ya no llega; para los ciudadanos solo recortes.
Estos recortes traen unas Navidades muy duras para muchos de nosotros, para vecinos, familiares y amigos con nombres y apellidos. Mirad a vuestro alrededor, seguro que encontráis a alguien cercano que esté sufriendo y padeciendo estos recortes.
El Hambre es un crimen
Actualmente, hoy se ha conocido el dato, siete de cada 10 personas en la CAV viven en la pobreza. Se trata de la cifra más alta en los últimos 25 años. Es dramático. Unas 158.000 personas, actualmente viven en la pobreza y 46.000 pasan hambre. Alucinante. Y esta cifra aún sería mayor si los jóvenes decidieran independizarse, lo que quiere decir, que la familias, una vez más, están haciendo de flotadores de salvamento de esta crisis.
Cáritas, el Banco de alimentos y muchas parroquias ya han pedido un esfuerzo para cubrir todas las necesidades y la respuesta está siendo ejemplar. Una vez más, la respuesta de la ciudadanía está siendo impresionante. Es reconfortante ver cómo la crisis ha desarrollado una capacidad de movilización y de fraternidad que ya no recordábamos.
Pero las navidades pasan, y es urgente que desarrollemos (y/o que fortalezcamos) una conciencia ciudadana que vaya más allá de la conciencia de beneficiencia, de la caridad religiosa. Es urgente que seamos socialmente responsables, conscientes de lo público, conscientes del buen uso de lo que es de todos y sin olvidar exigir transparencia y responsabilidad a nuestros representantes políticos. Está muy bien hacer caridad, pero es de ley exigir dignidad para todos.
Esclarecedora la siguiente entrevista:
Retazo del programa «Salvados. Con la comida no se juega». Las cosas como son…
Como dice en la entrevista Gustavo García, funcionario social y director de la Casa de Amparo y del Albergue Municipal de Zaragoza:
«No hay mayor fraternidad que pagar honestamente los impuestos, y que el que más tiene, más pague. Este es el verdadero mensaje de fraternidad que fundamenta las sociedades. La dignidad la damos los ciudadanos y ciudadanas.»
Cada uno sabe lo que tiene en casa, pero deberíamos empezar a exigir a las grandes empresas que sean ejemplares a la hora de pagar sus impuestos (no hace falta que hagan caridad, solo dignidad), y al Gobierno que no les de un trato de favor. También debieran ser ejemplares los organismos oficiales (ayuntamientos, diputaciones, etc.) y pagar las deudas que tienen con muchas pequeñas empresas que por falta de liquidez se están yendo a la quiebra.
Las 30 grandes empresas que evaden impuestos
Con los mejores deseos:
¡Feliz Navidad! ¡Feliz Dignidad!