Carta a Mariano

Querido Mariano

Perdona por lo informal del saludo pero, aunque ahora seas presidente de una grande y libre, no puedo olvidar esos tiempos, en los que solo eras un ciudadano cabreado con un gobierno “bananero”.

Un gobierno que con su ineficiencia, mal hacer e ideas extremistas, estaba abocando al mundo a una crisis sin precedentes. Un gobierno despiadado, que se atrevió a congelar las pensiones. Un gobierno déspota que se atrevió a instigar a los jueces para investigar los crímenes del fascismo removiendo las cenizas del rencor, mientras una vez cegados, como tú muy bien decías, se sentaba con terroristas a planificar atentados y a regalarles territorios como si fueran ministros con cartera. Menos mal que tú si estabas atento, y con la efectividad de la bruja Lola dabas al traste con todos sus desmanes.

Pero no fue ahí cuando me conquistaste para la eternidad, como si fuera una adolescente colgada hasta las trancas de su profe de educación física (de colegio privado o concertado, porque como bien decís en el partido, los funcionarios… ).

Tampoco fue cuando saliste, cual paladín vengador del honor de su doncella, a defender los buenos haceres de nuestros amigos del gobierno Valenciano. Ya no quedan amigos como tú Mariano. Esos rojos marxistas radicales les habrían dado la espalda a las primeras de cambio.

Cambio. Que palabra ¿verdad, Mariano?. Es fuerte, sonora y amistosa, empieza con Cam. Se podría decir que también es nuestra amiga.

Pero tampoco me conquistaste por tu fidelidad. Fue algo más íntimo, más cercano, fue un sueño. Un sueño que para muchos se convirtió en pesadilla y se les aparecía por las noches clamando venganza.

La niña

¿Qué fue de la niña, Mariano?. Esa niña con un futuro prometedor, que estudiaba en centros públicos de calidad con un personal comprometido. Esa niña que cuando tenía alguna enfermedad iba a un centro de salud en el que había personal competente y satisfecho, contentos de hacer en este gran país, lo que mejor saben hacer, curar.

Esa niña que podía acceder a un puesto de trabajo digno en condiciones y en remuneración. Esa niña con futuro, que podría acceder a una vivienda y formar una respetable familia de peras (o de manzanas). Esa niña que cuando transcurridos unos años le llegase la hora de la jubilación… Aquí tengo que meter un apunte.

Mariano, te han engañado. ¿Te acuerdas de que este año se subía un 1% la pensión de jubilación que los rojos congelaron el año pasado?. Pues algo está pasando porque, Mariano, los jubilados cobran menos desde enero. No se cómo lo habrán hecho los enemigos de la patria, pero da la impresión de que pretenden culparte a ti.

Pues sí, Mariano, el día que me hablaste de tu niña, perdona que diga tu niña, pero fue tan intimo, que la niña y tú ya sois parte de mi universo y mi fe.

Por cierto, ¿Cómo está la niña? ¿Has conseguido lo que querías para ella? Espero que sí, porque yo conozco otras que las están pasando moradas (esos bolcheviques…).

Tengo que decirte también que algunas son un poco descaradas. Sin ir más lejos, imagínate que el otro día una de ellas, que vive en casa de su abuela porque sus padres están en el paro (vagos), se atrevió a decir que te habías olvidado de tu niña, que el poder te había cegado como si te hubiesen entrado en los ojos las cenizas de franquismo. Tampoco le hagas mucho caso, Mariano, está un poco estresada porque viven todos en el pisito de los abuelos estirando la pensión de dependencia que dejaron de cobrar (sanguijuelas).

Pero como yo digo, “haberos metido en política”. Fíjate en todos esos enemigos de la patria que mienten en las elecciones haciendo promesas vacías, y no pasa nada.

Esos que defraudan y son participes en expolios muchimillonarios, y no pasa nada. Esos que preparan su salida con acuerdos ventajosos con empresas y se adjudican sueldos y pensiones vitalicias a diestro y siniestro. Cantidades obscenas Mariano, copando puestos de trabajo de dudosa necesidad. Y no pasa nada.

Menos mal que te tenemos a ti Mariano, aunque como estás muy liado con las cositas de presidentes, igual no puedes atender a tu niña, como si fueras un padre amenazado con la espada de Damocles del paro por enfermedad, reducción del beneficio de la empresa o desacuerdos sindicales.

A veces, en mis mejores momentos, me imaginaba que yo era tú niña, fíjate que tontería Mariano. Y era una niña feliz cuando me atendía un amable y diligente funcionario. ¿Sabías, Mariano, que hay algún funcionario amable y competente?. Cuando me imaginaba niña, los contaba con los dedos de las manos y le tenía que decir a mis amiguitas que me dejaran las suyas, porque no tenía bastantes dedos.

Una vez, cuando me creí tu niña, me ingresaron en un hospital y fueron muy simpáticos todos y todas. El personal sanitario corría de un lado para otro atendiendo nuestras demandas con una sonrisa. Creo, que a los vagos que hay que quitar, los tenían encerrados en algún sitio, porque no vi ninguno. Ahora, se han debido hacer todos vagos, porque hay mucha menos gente trajinando y además están como enfadados.

Pero eso sí, Mariano, otra vez que me imaginé como tu niña, fui a un banco, uno de esos a los que les dan dinero como a los parados pero mucho más. Esos funcionarios no me gustan Mariano, era una pobre niña a la que nadie hacía caso. Me cobraron por tener mi dinero, y, si cobran por todo, ¿por qué hay que darles más? ¿Por qué hay que engordar ese cerdo si no vamos a poder probar sus jamones? Mariano, a tu niña dale la paga de los domingos en metálico, porque como lo coma el cerdo, tu niña va aviada.

Mariano, no te olvides de la niña

En fin Mariano, ahora que eres presidente de un gran país, un país en el que las chuches no subirán nunca de precio, ni la energía, ni los impuestos. “Viva el vino”.

¿Te acuerdas de la niña, Mariano? No le permitas ser maestra, ni médica, ni investigadora, ni autónoma, ni obrera, y si decide estudiar, mándala a Estados Unidos o a Inglaterra. Esos sí que son buenos países. ¡Qué pena que no seas presidente de uno de ellos! Ahí sí que se vería bien tu potencial y tendrían que tragarse sus palabras los que dicen “Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy”

Acuérdate de la niña, Mariano, yo la recuerdo continuamente. ¿Sabes de qué niña te habló, verdad Mariano? ¿Mariano?

NO ESTÁ BIEN ABANDONAR A LOS NIÑOS, MARIANO

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Kokotaraino gaude

Un pensamiento en “Carta a Mariano

  1. Mazinger Z dice:

    Estos han violado, sodomizado y humillado a la famosa niña…y cuando, después de todas estas vejaciones le queda algo de tiempo libre, se la turnan entre la Cospedal, la Soraya y alguna más para que les haga de chacha limpiando el palacio cual madrastras de antaño. Si viviera Pinocho habría que llamarle «chatín»…

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